jueves, 25 de agosto de 2016

Vuelta a la rutina

Mira que se hacen cortas las vacaciones, ¿eh? ¡sobre todo cuando son de 4 días! jajajaja, qué se le va a hacer, la verdad es que me gusta mucho mi trabajo y esto hace más llevadero lo de no tener vacas, eso sí, a todos nos hace falta un descanso, así que a ver si logro juntar aunque sea tres días más para desconectar del día a día. 

La semana pasada, que fue la que pasé en Río, tenía pensado salir a correr y encontrar como fuera una bici estática para poder seguir entrenando un poquito de cara al triatlón, pero la verdad es que me resultó imposible. Allí a las 17:30 ya era de noche y no me atreví a salir sola a entrenar, la verdad, y lo de la bici estática fue misión imposible. Esto añadido a que es complicado comer sano cuando tienes que hacerlo siempre fuera y en un país que no es el tuyo... ¡os podéis imaginar!

Pero bueno, el cuerpo es muy sabio y en cuanto he llegado he podido recuperar hábitos: lo primero la alimentación, por supuesto, eso ha sido lo más sencillo; ya os hablaré de lo que suelo comer porque me gusta mucho la nutrición y trato de comer sano y sobre todo muy natural, que creo que es lo más importante para la salud. Aunque aún hay cosas que tengo que controlar, claro. 

Lo del entrenamiento esta semana ha sido más complicado porque he tenido muchísimo trabajo y entre eso y el jet lag, estaba demasiado cansada. Creo que es importante escucharse a uno mismo y aunque sentía la necesidad de entrenar a toda costa también es verdad que me encontraba hecha polvo así que hasta ayer, miércoles, no me puse por la labor (llegué el domingo por la noche).



Hoy ya he empezado con los entrenamientos de trabajo específico que me ha mandado Sara Carmona (mi entrenadora a distancia, jeje), que, por cierto, me acabo de dar cuenta de que no era el que me tocaba para hoy sino para la semana que viene, jajajaja qué desastre. Aquí lo tenéis:

1000 metros de natación (200 suaves + 4x50 progresivas de crol + 4x100 crol "socorrista" a ritmo fuerte + 75 crol normal + 200 suaves)

No ha sido demasiado pero para volver a empezar, suficiente. A ver si mañana me animo y salgo a correr con mis zapatillas nuevas. ¡Sí! ¡Ya me han llegado! son muy chulas y por lo que he leído perfectas para un nivel medio y para pronadores, como yo. Son el modelo Vengeful de Adidas Boost.



Me voy a descansar ya, que entre Chiringuito, Zapeando, la falta de sueño y todas las emociones de los últimos días me hace falta. Por cierto, si queréis que os explique algo más específico o hay algo por ejemplo del entrenamiento que no entendéis, sólo tenéis que preguntarme. 




Un beso a tutti.

Irene

domingo, 21 de agosto de 2016

RÍO 2016

Demasiadas emociones en poco tiempo y, como conclusión, algo difícil de plasmar con palabras.



Pero empecemos por el principio.

Como os dije en el anterior post, me preocupaba bastante el tema de la seguridad en Río y creo que es justo decir que me he sentido muy tranquila durante todo el viaje y no he tenido ningún problema. Evidentemente, hay que ir con precaución pero como ocurre en cualquier ciudad grande del mundo y más cuando hay tanta gente que vive en la pobreza. Los brasileños me han tratado de lujo, siempre preocupándose por entenderse con nosotros e interesados en saber cosas de España o de cómo lo estábamos pasando durante nuestra estadía allí. El único "pero" que puedo ponerle a la ciudad es el tráfico que había: para recorrer un trayecto de diez minutos, podías tirarte fácilmente 40, así que toda mi admiración a los taxistas de Río XD
Y por cierto, ¡ni un mosquito a la vista!



Es toda una experiencia estar en una ciudad olímpica para alguien que ama el deporte como me pasa a mí; vas por la calle y te encuentras atletas de cualquier país caminando tranquilamente, una pasada. Lo que no pude hacer es turismo, había muchas pruebas de piragüismo que quería ver y tenía que cumplir también con otros compromisos profesionales así que no me dio tiempo más que a subir al Cristo del Corcovado, con la mala suerte de que, al ser invierno, estaba nublado y no se veía nada...


El día de la final del k2-200m os podéis imaginar cómo estaba de nerviosa... el día anterior había sido la eliminatoria y la semifinal. En la eliminatoria, el primer puesto pasaba directo a la final y ellos lo consiguieron, pero las sensaciones no habían sido las mejores. Algo sorprendente porque, a pesar de que en piragüismo no hay récords oficiales (cada pista es diferente, cambia la dureza del agua, las condiciones ambientales... no pueden establecerse marcas), hicieron un tiempo que se consideró (extraoficialmente) el mejor olímpico.
¡En la eliminatoria! Esto podía hacer pensar que todo iría bien, pero los protagonistas no estaban conformes con lo que habían sentido remando, por lo que decidieron ir a entrenar un poquito más esa tarde, el día antes de la final.

Y el jueves 18 de agosto era el día. La final soñada durante tantos años. El sueño de un chaval de 24 años que sólo con subirse en la misma piragua que su ídolo Saúl ya era feliz. Estuvieron a punto de quedarse fuera. A punto de no ir a Río. En agosto de 2015 tuvo lugar el campeonato mundial en Milán, donde se decidían las primeras plazas para los Juegos Olímpicos. Y los resultados no fueron los esperados ni por Saúl, ni por Cristian y su entonces compañero en k2, Carlos Arévalo.

Habría que ir a la repesca en primavera y cambiar las embarcaciones. Durante el resto de la temporada hicieron pruebas, variaron las parejas, probaron y reprobaron, hasta que después de unos cuantos selectivos se formó el k2 con Cristian y Saúl.

Fueron meses muy duros para todos, alguien se iba a quedar fuera, pero había que luchar por tener el mejor equipo y tratar de garantizar la mejor actuación posible en el clasificatorio que tendría lugar en Duisburg, Alemania.

Allí sólo valía ganar para conseguir la última plaza que había en Europa. Y lo lograron. Hicieron una gran carrera sacando mucha distancia con sus competidores. La felicidad era total, aunque no estaban los que ya se habían clasificado en Milán el verano anterior. Aún así, quedaba una prueba más que serviría, simplemente, para medir fuerzas: una copa del mundo que se disputaba tras la clasificación, unos días después. Allí ya estarían todas las embarcaciones y podrían ver en qué estado de forma real se encontraban en comparación con los rivales que estarían en Río. Y volvieron a hacerlo. Volvieron a ganar.

Recuerdo que andaba por allí el que había sido entrenador de David Cal, Suso, que se me acercó y me dijo: a ellos no puedo comentarles nada, pero esto huele a medalla en los Juegos Olímpicos. ¡Qué razón tenías Suso!

Medalla de oro en k2, y un bronce en k1 para Saúl Craviotto.



Os hablo de esta historia porque es la que mejor conozco y quería compartirla con vosotros, pero detrás de cada deportista hay un relato de lucha y superación. El sentimiento de Marcus Walz Cooper, español de los pies a la cabeza, que ganó el oro; el cuarto puesto de Sete Benavides, "¡otra vez!¡no me jodas!" como diría él , con el momento ya superado y haciendo gala del buen carácter que le caracteriza, o la quinta posición del k4-1000m.

Hay mucho que contar, muchas emociones, pero no quiero irme a un relato infinito, así que, de momento lo dejo aquí. Otro día os hablo de los malabarismos que tuve que hacer para poder ver la final de cerca y no en las dos entradas lejanas que nos habían reservado a los familiares de cada deportista, y que tuvimos que pagar.

Quiero daros las gracias por todos los mensajes que he recibido mostrándome cariño aunque el mérito total y absoluto es de Saúl y Cristian, lógicamente, que han alcanzado el sueño de cualquier deportista después de mucho tiempo luchando, día tras día, en una vida llena de esfuerzo, trabajo y muchos sacrificios y sinsabores.

Se me hace tarde y necesito dormir para recuperarme de la semana de locos,

seguiré contándoos cosas pronto :)


Irene





lunes, 15 de agosto de 2016

Rumbo a Río

¡Hola! 


No se me olvida que tengo pendiente el post sobre natación, sobre todo por hablaros del maravilloso mundo de los neoprenos, jajajaja, pero hoy me apetecía contar otras cosas :)

Ayer tuve un día completito porque el sábado no pude hacer la natación que me tocaba y decidí recuperarla el domingo por la mañana. Fueron 1000 metros (sin descanso), ahora en verano tengo la suerte de poder nadar en una piscina exterior de 45 metros (los otros 5 se los comieron XD) y eso hace que la experiencia sea más parecida a nadar fuera de una piscina, porque en las de 25 con tanto giro acabo casi mareada. 

Y por la tarde, cuando el sol empezó a flojear me lancé a las calles con mi súper bici Orbea, mis zapas Spiuk y pedales nuevos. Lo pasé increíble, estuve cerca de una hora y media y aunque al principio me costó porque venía algo cansada, pronto me rehíce y pude disfrutar. Eso sí, estuve casi 20 minutos después estirando porque me dolía todo el cuerpo, ¡sobre todo el cuello!

Los que montáis en bici, sobre todo si estáis empezando sabréis de lo que os hablo: se cargan mucho las cervicales por la posición de la espalda y la cabeza aunque por lo que me han dicho me iré acostumbrando. ¡Eso espero! menos mal que tengo la suerte de que mi hermano es fisioterapeuta y puede tratarme de vez en cuando(su clínica está en Madrid, calle Islas Cíes, 1, por si os hace falta algún día jajaja). 

De todos modos, es súper importante tanto calentar como estirar bien, el cuerpo te lo pide: empezar despacio, movilizar las articulaciones... y después sientes la necesidad de estirarte, así que obedece a ese cuerpo serrano que es muy inteligente.

Esta noche salgo hacia Río de Janeiro, la verdad es que tengo muchas ganas de estar allí y vivir la experiencia de los Juegos Olímpicos, en Zapeando hicieron la broma de que iba de enviada especial pero, aunque no es así, vais a poder seguir alguna de mis andanzas tanto allí (cada día a las 15:45h en La Sexta), como en Jugones (15:00h en La Sexta) o El Chiringuito (00:00h en Mega).

Me preocupa sobre todo el tema de la seguridad pero espero no tener problema y poder disfrutar de cada minuto, ¡ojalá pueda conectarme regularmente para pasarme por aquí!

Tendré la suerte de ver algunas competiciones gracias a Adidas así que podré contaros muchas historias de primera mano. 

¡Seguimos conectados! muchos besos,



Irene.

sábado, 13 de agosto de 2016

Otro rollo





La bici de carretera es otro rollo. Sí, siempre he montado en bici, lo normal... mi mountain bike, los veranos, paseos por el monte de vez en cuando... pero con el triatlón la cosa cambiaba: tocaba probar la de carretera.

El escollo inicial es el tema de las calas en los pedales porque, si bien yo estoy acostumbrada a usarlas en la bicicleta de spinning, no tiene nada que ver con hacerlo en una de verdad que no está fijada al suelo y en la que lo normal es caerse al principio. Para ello me fui a una zona sin coches y probé. No es fácil pero la verdad es que lo superé con creces, sin caídas, que ya es bastante. Hay que meter un pie, pedalear y en marcha meter el otro. Lo complicado es habituarse a desengancharse rápidamente cuando ves que vas a tener que frenar, pero al final me he acostumbrado y no he tenido mayor problema.

El siguiente escollo que hay que superar es el tráfico, los coches. Me da bastante miedo ir por la carretera sola por lo que la primera vez opté a ir con Sara, la entrenadora y mi primo Rodri, al que también le gusta la bicicleta. Fue genial, la sensación no tiene nada que ver con ir en la mountain bike, se coge mucha velocidad fácilmente y es súper ligera... lo disfruté mucho. Ahora, teniendo en cuenta que no puedo depender siempre de alguien, suelo ir por una zona que hay en Madrid donde no circulan los coches y es perfecto para salir con la bici sin peligro.

Ahora que se acerca mi viaje a Río (me voy el lunes) estoy aprovechando los últimos días para terminar de ganar fondo. En un rato me iré a nadar y mañana me toca, al menos, una horita de bici. No me está suponiendo un esfuerzo porque me siento genial durante y después del ejercicio. Además, ya estoy empezando a dar mis primeros pasos corriendo gracias a las técnicas que me han enseñado para mejorar la pisada, como os conté. Esta semana que viene creo que solamente podré correr, aunque tengo la esperanza de encontrar alguna bici estática para no perder el fondo que he podido adquirir en estos días.

Mi idea es contaros lo que vivo estos días desde Río, así que, si os apetece, estad atentos a estos lares.

¡Por cierto! me encantaría recibir vuestros comentarios contándome qué os parece lo que escribo, si os gustaría que hablara de algo en concreto o si queréis que os responda a alguna pregunta.

Un beso de finde y a disfrutar :)


Irene.

miércoles, 10 de agosto de 2016

INICIANDO


¿Cómo empezó todo?

Hace unos meses, me contactó una marca especializada en triatlón (Orca) proponiéndome participar con ellos en una prueba que tendría lugar en San Sebastián en el mes de septiembre.

Se trata del Triatlón de la Mujer, muy sencillito, ideal para alguien que nunca ha hecho una actividad parecida pero que te permite vivir la experiencia y quién sabe si empezar a dar pasitos en este deporte.

Muchos me preguntáis qué trabajo estoy haciendo para llegar preparada a septiembre: por suerte, he tenido la ayuda de Sara Carmona, una entrenadora que pasó conmigo un par de días hace unas semanas para ver mi nivel y poder hacerme un planning acorde. La lástima es que no pude trabajar la carrera porque tenía una lesión en el sóleo que poco a poco va remitiendo.

Las dos primeras semanas (ahora estoy en la segunda) consisten en coger fondo, resistencia, para lo que entreno 5 ó 6 días a la semana en los que alterno los entrenamientos de cardio con el trabajo de fuerza. Por ejemplo, el lunes hice una hora de bici de carretera, el martes trabajo de fuerza en el gimnasio, hoy he estado nadando por la mañana... y en las semanas que llegan empezará el entrenamiento algo más específico que os contaré si queréis :)

Lo más complicado del triatlón es que no basta con correr mucho, nadar bien o saber montar en bici, sino pensar que hay que hacer una cosa detrás de otra; es muy obvio pero no es lo mismo hacer una hora de bici y tumbarte en el sofá a descargar las piernas que cambiarte las zapatillas y echar a correr. Eso es lo que iré trabajando para que no me suponga un mundo.

En mi caso, tengo el problema de que aunque hago mucho deporte, me cuesta especialmente correr, primero porque es lo que más me cansa y segundo porque piso mal y he sufrido alguna lesión. Por suerte, a raíz de toda esta historia del triatlón, he hablado con un atleta que me está enseñando a corregir la pisada para poder seguir avanzando en la carrera y no tener que parar cada semana porque me he hecho daño en algún sitio. Ahora, mientras me recupero del todo de lo del sóleo, estoy haciendo ejercicios de técnica de carrera que me ayudarán a naturalizar los movimientos y por lo tanto a correr bien.

También es importante el calzado. Yo alternaba un par de modelos de zapatillas que creía muy buenos, pero Sara, la entrenadora de la que os hablé antes, me dijo que uno de ellos eran ideales para personas que corrieran muy bien pero que para alguien que empezaba podían ser perjudiciales porque tenían muy poquita amortiguación y todo el impacto se lo llevaba la pierna.

Ahora estoy esperando a que me lleguen unas zapas que he pedido específicas para pronadores (piso con la zona interna del pie al correr) y que me ayuden también a mejorar ese aspecto. Cuando las tenga subiré alguna fotito del modelo por aquí por si os interesa.

No quiero cansaros demasiado con todo esto, mejor os doy la información en pequeñas píldoras. ¡Aún tengo que contaros mi primera vez con la bici de carretera o nadando con neopreno! jajaja

Estoy recién llegada de Zapeando y me voy corriendo a hacer cositas. Bueno, corriendo no, andando, que aún estoy convalenciente XD (festival del humor)


Os mando muchos besos y gracias por dedicarme un ratito.

Irene

lunes, 8 de agosto de 2016

EL APERITIVO

Hacer deprisa y corriendo un blog consigue exactamente esto: un mar de frases casi inconexas sobre un fondo de fotos inciertas y errores de principiante. Uy, casi parece un plato de cocina moderna... "mar de frases inconexas sobre fondo de fotos inciertas..." En fin. 

A ver, que me desvío del asunto principal. ¿Por qué? y sobre todo, ¿por qué así? (...) ¡¿POR QUÉ?! 

Pues veréis, el otro día recibí un mensaje de un chico (no desvelo su nombre por si prefiere mantenerse en el anonimato XD), que me sugería escribir un blog contando cómo me estoy preparando para el triatlón que voy a hacer este mes de septiembre. Y la verdad, tenía muchas ganas de empezarlo desde hace tiempo, pero qué os voy a contar, parece que nunca es el momento perfecto. "No sé hacerlo", " no voy a poder ser constante", "va a quedar cutre..." y al final, o me lanzo, o la historia pasa otra vez a los propósitos de año nuevo. 

Este blog, al menos por el momento, no va a ser un alarde de belleza, de diseño y de buen gusto. Más bien nace con la idea de ser casi un bloc de notas donde volcar cada cosa que se me pase por la cabeza. Bueno... todo, todo... mejor no. No busco impactar a primera vista, simplemente que aquellas personas que tengan curiosidad en conocer un poquito más de lo que hago en mi vida, puedan hacerlo. 

El título, "El Expreso de Junquera", se me vino a la cabeza muy rápido, bueno, básicamente como todo lo que pasa por mi cabeza... rápido. Y la palabra que mejor define el estado en el que vivo es "express": siempre corriendo, siempre con mil cosas que hacer, estirando al máximo las 24 horas del día y maquinando cada plan en medio segundo. Pero quería jugar con el rollo del café "tomarte un expresso" como una manera de sentarte, pararte un ratito y disfrutar de la lectura en tu caso, o de la escritura en el mío. 

Un oasis en medio del caos. 

Como os decía hace unos párrafos, este blog nace con la idea de contar cómo será mi preparación para un triatlón, pero no será la única temática, porque ya que me pongo... 

Sirva este documento inicial como aperitivo, como una declaración de intenciones. Volveré pronto.

¡Palabra!